Hay varios factores que pueden interrumpir el sueño de un niño. Cuando se despierta angustiado, los padres se preocupan y quieren saber cómo calmarlos y contenerlos. Por eso, en esta nota te contaremos por qué se producen y cómo actuar tras pesadillas o terrores nocturnos.
Se estima que de un 10 a un 50% de los niños de 3 a 5 años tienen pesadillas lo suficientemente graves como para requerir la atención de sus padres, según la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM, por sus siglas en inglés). Las pesadillas y terrores nocturnos son episodios comunes que no deben ser sobredimensionados, pero tampoco subestimados, ya que pueden estar hablando de necesidades más profundas en los pequeños.
Pesadillas y terrores nocturnos
Las pesadillas son sueños aterradores que, por lo general, suceden en la segunda mitad de la noche cuando los sueños son más intensos, según la Academia Americana de Pediatría (AAP, por sus siglas en inglés). Los niños pueden despertarse llorando o con miedo y tener dificultades para volverse a dormir porque se despiertan plenamente conscientes y con un recuerdo claro.
Los terrores nocturnos, en cambio, ocurren durante el ciclo más profundo del sueño,en la primera mitad de la noche. La mayoría de los niños se vuelven a dormir después de un terror nocturno porque en realidad no se han despertado, explica laAAP. A diferencia de las pesadillas, los terrores nocturnos se asocian con poco o ningún recuerdo y un estado de confusión de la conciencia.
Según la AAP, durante un terror nocturno, el niño puede:
· Llorar sin control
. Sudar, temblar o respirar con rapidez
. Tener una mirada aterrorizada, confusa o los ojos vidriosos
. Gritar, tirar cosas, patear o tener una mirada ausente
. No reconocer o no caer en la cuenta de que sus padres están ahí
. Tratar de empujar a quien trate de abrazarlo
Factores desencadenantes
Algunas de las causas de las pesadillas y los terrores nocturnos, podrían ser:
· Cansancio o estrés. Mantener un horario regular para dormir puede ayudar a prevenir muchos de estos problemas, según la AAP.
· Bullying. En 2014, investigadores de la Universidad de Warwick en Reino Unido encontraron que las pesadillas o terrores nocturnos eran más comunes en niños de 12 años que habían sufrido bullying cuando tenían entre 8 y 10. Ser acosado o intimidado sería un factor significativo de estrés o trauma que aumentaría el riesgo de tener estos desórdenes del sueño.
Y la Clínica Cleveland agrega otras causas:
· Molestias o Traumas. Por ver o escuchar algo que le molestó durante el día o por experiencias traumáticas.
· Psicopatologías o fármacos. Podrían alterar los neurotransmisores cerebrales.
¿Cómo actuar y contener al niño?
La AAP recomienda actuar de la siguiente manera:
Ante las pesadillas:
· Ve de inmediato a atender a tu niño y hazlo sentir seguro con una frase similar a ésta: “Estoy a tu lado y no voy a permitir que nada te pase”.
· Intenta convencerlo: “Cuéntame lo que pasó en el sueño”. Recuérdale que no fue real. Permítele dejar la luz prendida si lo hace sentir mejor.
· Una vez que esté listo, anímalo para que se vuelva a dormir. Verifica que no haya algo que lo esté atemorizando, como sombras.
Ante los terrores nocturnos:
· Mantén la calma. Los terrores nocturnos son a veces más aterradores para los padres que para el niño.
· No trates de despertarlo.
· Cerciórate de que no se puede hacer daño. Si trata de salirse de la cama, intenta detenerlo con delicadeza.
Si estás preocupada por los hábitos del sueño de tu hijo, consulta con su médico. Recuerda que los problemas para dormir son muy comunes y que, con el tiempo y la ayuda del médico, los podrán superar.