Conocidas por sus propiedades rejuvenecedoras, las células madres también podrían tener otra función importante: la prevención de los daños que ocasionan los infartos, la principal causa de muerte tanto de hombres como mujeres en muchos países del mundo.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) aprobó en 2011 el ensayo clínico de una nueva terapia de células madre que intenta prevenir los daños que causa un infarto, como insuficiencia cardíaca. La terapia consiste en una inyección de células madre que se suministra a los pacientes tras un infarto y que restaura el abastecimiento sanguíneo para reducir los daños del evento cardíaco.
Lo que la hace única
Los infartos son causados por la obstrucción de una de las arterias coronarias, por lo que la mayoría de estos pacientes son sometidos a una angioplastia -para ampliar la arteria obstruida- y la implantación de un stent, un tubo artificial, para mantener las arterias abiertas. Sin embargo, un número alto de los pacientes que sobreviven al infarto desarrollan insuficiencia cardíaca.
El tratamiento, llamado Revascor, se inyecta en el paciente inmediatamente después de haber sufrido el infarto para mejorar la función del corazón y evitar consecuencias perjudiciales como la insuficiencia cardíaca.
Este trastorno, que provoca que el corazón no pueda bombear sangre al organismo de forma normal, se produce cuando el músculo resulta dañado o el tejido muere después de un infarto. La terapia, diseñada con células madre de adultos jóvenes y sanos fue probada en clínicas del Reino Unido, Holanda y Bélgica con 225 pacientes;mostró que puede mejorar el flujo sanguíneo hacia el tejido dañado por el infarto, limitando así la cicatrización que causa el evento y mejorando la función del corazón, lo que resulta en una mejora directa en la calidad de vida de los pacientes.
Los expertos subrayan, sin embargo, que todavía falta llevar a cabo más estudios y pruebas antes de que el tratamiento esté disponible en la clínica.