El dictador norcoreano Kim Jong-il, que murió en 2011, tenía algunas costumbres bastantes extrañas.Según su antiguo cocinero -quien habló sobre el tema en abril-, al hombre le gustaba comer serpiente, araña y carne de hipopótamo. Por otra parte, prohibió la entrada de perfume y loción para después de afeitar en su casa y bebía vino y whisky muy costosos, mientras sus compatriotas se morían de hambreSu hijo, el actual líder Kim Jong-un (en la foto), ama a los Beatles y quiere parecerse al duro de Hollywood Jean-Claude Van Damme, y tiene los suplementos de proteínas para demostrarlo.Raro, quizás, pero no les llegan a los talones a las rarezas de otros dictadores. Dale a un hombre todo el poder y les darás a sus instintos más extraños la libertad de reinar, como lo demuestra este grupito…
Algunos correos electrónicos que se filtraron y que supuestamente pertenecen al dictador sirio Bashar al-Assad, que actualmente está comprometido en una guerra civil sangrienta, lo muestran como un amante de la música.Los correos, de los que fuentes dicen que seguramente sean auténticos, muestran que Assad compró música en iTunes, incluidas canciones de New Order y de Leona Lewis. Tal vez lo más perturbador de todo, Assad también compró “Don´t Talk Just Kiss”, de Right Said Fred.
El dictador libio Gadafi fue asesinado durante la Primavera Árabe de 2011 después de gobernar al país con mano dura y, a menudo, cruel durante las cuatro décadas anteriores. Como se puede esperar de alguien tan poderoso, estaba rodeado de un pelotón de guardaespaldas súper entrenados, escogidos a dedo.Hasta ahora, ¿qué hay de loco? Bueno, el tema es que los guardaespaldas eran mujeres, a las que obligaba a hacer un voto de castidad y adornaba con el atuendo militar tradicional de maquillaje y botas de combate de tacones altos. Gadafi también sufría de miedo a la altura, algo que se manifestaba con su rechazo a subir más de 35 escalones y explicaba por qué a menudo vivía en una carpa.Después de su muerte, se reveló otra de las obsesiones de Gadafi: un álbum lleno de fotos, recortadas con cuidado, de la ex secretaria de estado de los EE.UU. Condoleezza Rice.
Después de que lo derrocaron, se hizo evidente que el ex tirano iraquí Saddam tenía un gusto bastante particular para el arte.Sus palacios estaban decorados con murales fantásticos enormes que tenían doncellas desnudas amenazadas por dragones y duendes, y guerreros que peleaban contra monstruos. Es el tipo de arte que les gusta a los chicos adolescentes: hombres súper musculosos y mujeres tetonas. Di lo que quieras sobre Saddam pero las imágenes al menos demostraron algo indiscutible: no tenía criterio estético ni nada parecido.
Se suele creer que el dictador ugandés, que murió en 2003, estaba loco. Se rumorea, por ejemplo, que tenía una colección de cabezas humanas y que las conservaba en su propio congelador.Por otra parte, quedó obsesionado con Escocia después de hacer una breve visita al país a comienzos de los años 1970. Uno de sus proyectos más antiguos fue la creación de una escolta personal escocesa de 1,95cm, capaz de tocar la gaita. También creía que los escoceses tenían el deseo secreto de convertirlo en su rey. Les puso a sus hijos nombres de clanes escoceses y escuchaba música de gaita a todo volumen.
Como muchos dictadores, el presidente de por vida de Turkmenistán Saparmurat Niyazov, que murió en 2006, tenía facilidad para el autobombo de mal gusto pero es justo decir que él llevó ese arte más allá.Para empezar, tenía una estatua de sí mismo, chapada en oro, de 15 metros, que giraba para mirar al sol. Tenía un palacio de hielo construido en la capital de su país y un lago en el desierto. Les puso su propio nombre a algunas ciudades, un parque temático, el mes de enero, un cráter en la Luna y un meteorito, y reemplazó la palabra para nombrar al pan con el nombre de su madre.Escribió un libro sobre la historia de los turcos que convirtió en lectura obligatoria en las escuelas y universidades. Los ciudadanos tenían que aprobar un examen sobre el libro antes de obtener la licencia de conducir.
El emperador romano Calígula es conocido por haber tenido una obsesión con los caballos. Aunque la historia de que convirtió a su bestia equina en cónsul (uno de los puestos oficiales más importantes de Roma) probablemente sea ficticia, ya que las fuentes históricas indican que solamente amenazó con convertirla en cónsul. Pero sí agasajó a su caballo favorito con una casa, una tropa de esclavos y vino en copa de oro así que la historia del cónsul no parece tan alejada de la realidad.
El dictador ruso y asesino de masas estaba tan obsesionado con su privacidad que les prohibió a los guardias el ingreso a sus aposentos bajo amenaza de muerte. Como también le gustaban las bromas malvadas: se dice que una noche se fue a acostar y comenzó a gritar de dolor hasta que varios guardias entraron para ver qué le pasaba. Más tarde, los mandó a ejecutar por haber desobedecido sus órdenes.La ejecución era uno de los hábitos preferidos de Stalin pero el dictador no mataba únicamente a sus enemigos políticos y a aquellos que consideraba traidores a la patria rusa. También disparaba a los pintores que retrataban su silueta diminuta de 1,64cm menos divina y heroica de lo necesario.
El tirano haitiano François “Papa Doc” Duvalier estaba obsesionado con el vudú, al punto que pensaba que era el dios vudú de la muerte, Baron Samedi. Dijo que había causado el asesinato de John F. Kennedy con una maldición vudú y envió gente a recolectar el aire que rodeaba la tumba del ex presidente para usarlo en hechizos.Y cuando le dijeron que un rival político se había transformado en un perro negro utilizando (sí, eso mismo) vudú, mandó a matar a todos los perros negros de Haití.
Rafael Trujillo, el líder de la República Dominicana hasta su asesinato en 1961, era un hombre de familia… ¿y qué tiene de raro ser bueno con tu familia?Bueno, nada, a menos que conviertas a tu hijo de siete años en coronel (y después en general) o que gastes un tercio del presupuesto nacional en un carnaval de un año de duración para tu hija de 16 años.Y después estaba la esposa, que apenas sabía leer y escribir, para la que Trujillo hizo campaña para que le dieran el Premio Nobel de Literatura. De pronto, te das cuenta de que la obsesión familiar que tenía este dictador cruel y homicida era un poquito fuera de lo normal.
Un tirano sangriento que gobernó la Guinea ecuatorial hasta que lo derrocaron en 1979, la costumbre rara de Nguema era el fomento de la educación. En teoría, no hay nada malo con esa costumbre, al contrario, pero el brutal y demente Nguema cerró todas las escuelas privadas, expulsó a los intelectuales del país, cerró los hospitales y se nombró “Gran Maestro de Ciencia, Educación y Cultura”.Su locura estaba impulsada por un estupefaciente a base de marihuana llamado bhang, que lo convenció de que era un curandero todopoderoso. El dictador asesinó a sus opositores y saqueó el país; hasta llegó a matar al director del banco nacional y a trasladar todo el dinero de la nación a su casa de campo.Así que ahí tienes, 10 dictadores brutales con algunas ideas muy extrañas acerca de los asuntos nacionales y domésticos. La verdad es que con esas costumbres, la mayoría de los políticos parecen unos bebés de pecho.