Cuando pensamos en posiciones sexuales, una de las primeras que nos viene a la mente es el 69, la famosa postura que, se supone, es la más placentera para el sexo oral. Pero hay una posición que está compitiendo contra el 69 por ser mucho más cómoda: el 42.
Se puede decir que el 42 es una posición un poco más egoísta, pensada para el disfrute de uno de los miembros de la pareja. Una de las ventajas del 42 sobre el 69, es que la primera es mucho más cómoda, en especial para quienes no son fanáticos de terminar sofocados entre las piernas de su amante y prefieren tener más libertad de movimiento.
En esta postura, el hombre debe sentarse en el sofá, sobre una silla o al borde de la cama. Lo importante es que esté relajado, con las piernas abiertas y con los codos apoyados en las rodillas, ligeramente inclinado hacia adelante. La mujer se pondrá de rodillas entre las piernas del hombre, también reclinada hacia adelante. Para mayor comodidad puede arrodillarse sobre un cojín, así evitará la incómoda dureza del suelo, el roce de la alfombra y las rodillas enrojecidas que quedan al final.
Una vez que él haya obtenido el placer suficiente, pueden cambiar de lugar, quedando ahora la mujer sentada con él entre sus piernas. Y es que en eso consiste el buen sexo: en dar y recibir placer, ya sea al mismo tiempo o por turnos.
Aunque muchos pensarán que es una posición fría, resulta totalmente satisfactoria, ya que cada uno tendrá la oportunidad de concentrarse en su propio placer sin distraerse tratando de hacer llegar al otro al clímax. Además, ver a su amante mirándole a los ojos desde ahí abajo hará que pierda el control y disfrute al máximo.