Desde que Mauricio Macri ganó la presidencia, entre el saliente Gobierno de Cristina Kirchner y el líder de PRO no hubo sino rispideces. El único gesto de cordialidad entre ambos funcionarios fue el llamado de la Presidenta, el día en el que Daniel Scioli perdió la elección en el histórico balotaje.
De allí en adelante, un tema copó el centro de la escena: el traspaso de mando del Frente para la Victoria a Cambiemos. ¿Debe estar Cristina presente en ese momento, o no es necesario?
Atravesado por el protocolo, el bastón y la banda presidencial han sido entregados de un presidente a otro en la historia de la democracia argentina. Sin embargo, con algunas interrupciones, no siempre esta tradición se ha respetado, y la polémica tiene en este caso un trasfondo simbólico fuerte: ¿le pondrá la banda presidencial Cristina a Mauricio Macri? ¿Qué negociaciones subterráneas hubo para destrabar el conflicto? Peleas, cautelares y una incógnita que se resolvió a última hora de ayer: Macri no se deleitará con la foto de Cristina colocándole la banda.
El llamado de Macri y la carta de Cristina
El domingo Cristina dio su versión de los hechos. Mientras que Mauricio Macri había pasado por el programa de Mirtha Legrand, donde aseguró que “si la Presidenta no entrega los atributos en la Casa Rosada, lo hará la Corte Suprema”, el Presidente electo se refirió en duros términos a la polémica con Cristina Kirchner, quien no tardó demasiado en responderle.
Con una entrada en su blog personal, Fernández de Kirchner contó el domingo pasado que Macri le gritó por teléfono. “Al llegar a Olivos lo llamé. Me pasan el celu y el Presidente Electo comenzó con un elevado tono de voz a exigirme que debía entregarle Bastón y Banda presidenciales en la Casa Rosada, porque era ‘su ceremonia’, y que si no lo hacía como él decía, ¡la Corte Suprema de Justicia de La Nación! le iba a entregar los atributos, porque ya habían consultado”, contó en su página. Y llegó a denunciar “maltrato”, un tono elevado y un incómodo momento con Macri:
La polémica pasa por si Cristina debe hacer la entrega de los atributos presidenciales en la Casa Rosada, o no. La jura de Mauricio Macri es ante el Congreso de la Nación, pero la incógnita se centra en la segunda parte de la ceremonia, donde estaría, precisamente, la foto que todos quieren ver: el momento del traspaso del mando del Frente para la Victoria a Cambiemos.
Las negociaciones
Una cumbre en el Congreso signó la tarde de ayer. Boudou, Wado De Pedro, Berni y Parrilli por el kirchnerismo y Pinedo y De Andreis por el macrismo se reunieron para darle una salida más protocolar al problema.
Según las versiones que circularon por el Congreso, el líder de La Cámpora y secretario general de la Presidencia fue quien se encargó de negociar con la gente de Macri.
La propuesta que casi se convierte en la llave maestra para resolver el problema era que Cristina tuviese su fiesta de despedida. Con una militancia kirchnerista deseosa de despedir a su líder espiritual, la idea que Wado le acercó a Fernando de Andreis, quien será el sucesor de su cargo por Cambiemos, era una columna de militantes por la calle Alem, detrás de la Casa Rosada, para que Cristina tuviese una salida con laureles.
Por fuera de esto, ya parecía difícil desde un primer momento que desde el lado de la Presidenta fuese a haber algún indicio de que asista a la jura. Cuando tuvo que explicar por qué no iría, se refirió a la asunción de Alicia Kirchner como gobernadora de Santa Cruz, en la que, dijo, quiere estar presente.
Como si fuera poco, cuando salía de su departamento de Uruguay y Juncal, en Recoleta, Cristina dijo: “Vamos a hacer lo que diga la Constitución”. Cerró la puerta, una vez más, a la posibilidad de asistir a la Casa Rosada para darle los atributos a Mauricio Macri.
Lo que dice la ley
Según la ley, no es necesario que el Presidente saliente se encuentre en el momento del traspaso del mando. Esto significa que Cristina Kirchner no tiene por qué entregarle la banda a Macri.
El Gobierno fundamenta su postura en el artículo 91 de la Constitución, que deja en claro que el presidente actual es la que define cómo se organiza el cambio de mando. Y eso es porque mantiene el poder hasta que se complete el acto en el Parlamento en el cual el nuevo mandatario, junto al presidente del Senado (Amado Boudou, en este caso), jura frente al Congreso de la Nación.
La contraparte sobre la que se sostiene Cambiemos tiene que ver con el reglamento de protocolo y ceremonial, que expresa cómo y dónde deben entregarse los así llamados “atributos presidenciales” (la banda y el bastón).
Por esta razón, Cambiemos lanzó una cautelar para que “Cristina Kirchner se abstenga de seguir cumpliendo su función desde las 0 horas del 10 de diciembre de 2015″. Esto, en función de que no pudiese tomar la decisión ella de no hacerse presente en ir o no al traspaso, ni de imponer las condiciones de la ceremonia.
Lo que dice el protocolo es lo siguiente, en su artículo 114: “En el pórtico de la Casa de Gobierno (explanada de la calle Rivadavia), el señor Presidente será recibido por el jefe de la Casa Militar, el director de Ceremonial y un edecán del Presidente saliente, quienes lo acompañarán hasta el Salón Blanco (estrado que se hallará delante del Busto de la República)”. El siguiente apartado enuncia: “El señor Presidente saliente entregará al señor presidente electo, frente a la mesa colocada sobre el estrado, las insignias presidenciales, que estarán sobre la misma”.
¿Cómo se completa la ceremonia? Expresa el artículo 143: “El señor presidente saliente se despedirá del señor Presidente electo y se retirará del Salón Blanco conjuntamente con sus ex Ministros, siendo acompañado hasta el pórtico de la Casa de Gobierno por el jefe de la Casa Militar (entrante) el director de Ceremonial y un edecán del señor presidente de la Nación. Inmediatamente después de efectuada la transmisión del mando, el señor Presidente de la Nación designa sus Ministros, quienes prestarán ante él y en presencia del Escribano Mayor de Gobierno, el juramento de ley”.
El faltazo, una decisión que se veía venir
Finalmente, sobre las últimas horas de ayer, el titular de la AFI, Oscar Parrilli, se pronunció sobre la situación: “No están dadas las condiciones para que Cristina concurra al Congreso”, aseguró, y agregó: “Damos por concluida esta discusión, este debate, la Presidenta en estas condiciones no va a concurrir al traspaso”.
La decisión fue comunicada luego de que el macrismo lanzara la cautelar para que Cristina dejase de cumplir sus funciones desde las 0 horas del 10, a la que el fiscal federal Jorge Di Lello le hizo lugar.
“Alertamos que con este dictamen del fiscal, la Argentina no va a tener por 12 horas un presidente”, concluyó Parrilli, y denunció: “Entre esto (por el dictamen del fiscal) y un golpe de Estado no hay mucha diferencia”, cerró el texto.
La foto que tantos querían ver, y que tantos otros iban a taparse los ojos para no ver, no existirá: a Macri la banda presidencial se la colocará cualquier otro, pero no Cristina.