Cuando los niños pequeños se encuentran cara a cara con un recién nacido, por ejemplo en la habitación del hospital al que van a visitar a la nueva mamá, o en casa, no resulta raro que pregunten cómo es posible que el bebé que tienen delante de los ojos cupiera en algún momento dentro del vientre de una mujer.
Una pregunta que los adultos quizá no nos hacemos tan a menudo, aunque, teniendo en cuenta que los bebés tienen que compartir espacio con la placenta, de aproximadamente medio kilo de peso, y el líquido amniótico, también pueda generar extrañeza incluso entre los mayores, especialmente una vez tenemos al recién nacido entre los brazos.
Una de estas personas que se ha cuestionado la posición de los bebés antes de nacer, y cómo es posible que sean capaces de permanecer dobladitos sobre sí mismos durante tanto tiempo antes del alumbramiento, es la fotógrafa Marry Fermont, quien este mismo año se ha convertido en mamá, no sin antes haber retratado casi cien partos a lo largo de su carrera. Ésta es, de hecho, una de sus especialidades: los reportajes fotográficos de alumbramientos, que recojen en imágenes la llegada al mundo de un nuevo bebé. Este tipo de reportajes se han puesto de moda en los últimos años, aunque los de esta fotógrafa holandesa tienen una peculiariadad: sus fotos suelen incluir una instantánea en la que la matronasujeta al bebé recién nacido en la misma posición fetal en que se encontraba en el útero, justo antes de nacer.
“Cuando fotografié my primer nacimiento (en 2011), la matrona enseñó a los padres la forma en la que el bebé estaba posicionado en el útero antes de nacer”, explica. “La foto me encantó. Normalmente ves a los bebés salir, y una vez están fuera, es difícil imaginarse que alguna vez estuvieron dentro de esa persona”. Desde entonces, la instantánea de la matrona sujetando al bebé en posición fetal se ha convertido en una de las más demandadas por los papás y mamás, siempre y cuando la temperatura del recién nacido “sea adecuada y la matrona disponga de tiempo para hacerlo”, puntualiza. A veces, de hecho, son los propios papás los que sujetan a sus bebés (aunque, según ella, no todos se atreven a hacerlo), después de recibir instrucciones: “después de estar nueve meses en el vientre de la mamá, y después de nacer, los bebés caben en la mano de los padres exactamente en la misma posición que antes de salir”.
Un momento mágico que queda capturado a modo de recuerdo para toda la vida, y que también sirve para dar respuesta a los más curiosos, ya que, como ella misma explica, es solamente después del parto que la mayoría de los bebés son capaces de curvarse sobre sí mismos de esta manera, de forma natural, y quedarse totalmente relajados, ya que para ellos la posición fetal es una postura en la que se sienten seguros, como si aún estuviesen en el interior de mamá.