Tegucigalpa, Honduras.
Los ciudadanos que estén siendo atacados por una gripe o un resfrío deben de mantenerse alerta porque estos síntomas pueden estar relacionados con la fiebre del valle, también conocida como “enfermedad silenciosa”.
Un estudio del Instituto de Investigación de Genómica Translacional (TGen), con sede en Phoenix (Arizona), indica que el hongo Coccidioides, el causante de la enfermedad, se ha encontrado en Honduras, Argentina, Paraguay y Brasil, países donde se han reportado nuevos casos.
Jessica Rigler, del Departamento de Servicios de Salud de Arizona, recordó que la fiebre del valle o la fiebre del desierto es causada por el citado hongo, que suele habitar en el suelo, y se adquiere cuando personas o animales inhalan esporas que se transportan por el aire a través del polvo, de ahí que las comunes tormentas de polvo en zonas desérticas resulten peligrosas.
“Este hongo se ha encontrado en California, Arizona, Washington y partes de América Central y del Sur, y aunque faltan pruebas firmes los científicos creen que se expande a otras áreas a través del viento o cuando un animal infectado migra a un nuevo lugar y muere, permitiendo que el hongo se establezca en el suelo donde el cuerpo del animal se descompone”, detalló la especialista.
ENFERMEDAD
La coccidioidomicosis, nombre de la enfermedad, puede ser mortal y suele ser ignorada por quienes la padecen al confundirla con una gripe o un resfrío, por la similitud de síntomas, lo que produce que avance paulatinamente y afecte órganos como el pulmón o el tejido óseo. Rigler sugiere que las autoridades sanitarias de los países americanos deberían estudiar más a la enfermedad para saber como tratarla. En Estados Unidos, “los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y los departamentos de salud estatales y locales trabajan juntos para recopilar datos sobre la fiebre del valle, y cómo educar a los médicos y al público en general”, manifestó Rigler, quien es jefa de Salud Pública de Arizona.
En este estado, de acuerdo a cifras del Departamento de Salud, en lo que va de este año se han reportado un promedio de 600 casos mensuales, es decir 56 % más que en 2017.
“La razón del aumento de casos es incierta, pero puede estar relacionada con factores ambientales como el clima y las condiciones del suelo”, comentó Rigler.
Sobre la incidencia de los factores ambientales coincide John Galgiani, director de un centro de estudios de esta enfermedad en la Universidad de Arizona y quien dijo que el aumento de casos en este estado se puede atribuir a los patrones de lluvia.