Las declaraciones de tono racista, xenófobo o sexista de Donald Trump han ofendido a millones y colocado a la presente contienda por la candidatura presidencial del Partido Republicano en una situación de tensión y estridencia sin precedente. Salvo en la presente campaña, cualquier candidato o aspirante a serlo que hubiese insultado y estigmatizado como Trump ha hecho sucesivamente con los inmigrantes mexicanos, las mujeres, los musulmanes, los prisioneros de guerra o los afroamericanos habría ya caído en desgracia.
Pero en lugar de estar en el pozo de la historia, Trump es el puntero entre los aspirantes republicanos, con 34.4% de la intención de voto a escala nacional, según el promedio de encuestas recientes de RealClearPolitics.
Donald Trump no ha apoyado directamente a grupos supremacistas, ni estos le han dado su apoyo oficial, pero coinciden en parte de su discurso. (AP)
Pero además de servirle a Trump y sus aspiraciones, las afirmaciones estridentes del magnate parecen ser de gran utilidad para ciertos grupos indeseables, algunos de ellos incluso peligrosos: organizaciones de supremacismo blanco y del Ku Klux Klan habrían hallado en el tema de Trump una herramienta para abrir conversaciones sobre su causa y, en ocasiones, hasta atraerse nuevos adeptos.
Como lo relata el periódico The Washington Post, líderes de grupos vinculados al KKK han hallado en la figura y las posturas de Trump una vía para comenzar a establecer conversaciones sobre temas relevantes para el movimiento supremacista blanco y con ello tratar de apuntalar sus alicaídos grupos.
Así, de acuerdo al testimonio de una líder de un grupo que ha sido vinculado al KKK, tener elementos de conversación para que sus miembros puedan hablar e interactuar con extraños, además de para educarse a sí mismos, es crucial para su organización. Y la retórica antiinmigrante, punzante, xenófoba del magnate, que clama la necesidad de restablecer una grandeza perdida, son muy familiares, indica el Post, para los integrantes o simpatizantes de grupos de ultraderecha.
Trump les ha venido como anillo al dedo e incluso les ha dado ciertos bríos: mirar que las ideas extremas que esos grupos han mascullado por años son ahora dichas en los grandes escenarios políticos y, lo más importante, producen dividendos en materia de apoyo electoral sería una inyección de confianza y energía para esos grupos extremistas. El Post menciona, por ejemplo, que un popular sitio web de corte supremacista tuvo que incrementar la capacidad de sus servidores para poder procesar el tráfico de “contenido inspirado en Trump”.